El 14 de octubre los alumnos de cuarto hicimos que las palabras de Federico García Lorca retumbasen en el centro. La propuesta de recital combinaba una cantaora, La Chica, su marido Roger al toque y la persona que conducía la sesión, Miguel Pacheco Vidal. Se creó una secuencia casi perfecta: leer, oír, entender, cantar, sentir.
Miguel nos incitaba a ver más allá de las palabras, a comprender, desde lo más concreto (como una caja de puros), aquello que quería transmitir Federico García Lorca. La pareja, cantaora con voz característica y guitarrista marcando el ritmo, nos mostró el encanto de las palabras del poeta: la música nos ayudaba a entender mejor los poemas.
El recital fue tomando cuerpo: Romance de la luna, luna, fragmento de Bodas de sangre, La casada infiel, Romance sonámbulo. Pero era un recital especial: no sólo éramos espectadores. Poco a poco, a la vez que entendíamos y oíamos y se nos enseñaba a recitar, nos convertimos en protagonistas. Nuestra profesora leyó un fragmento de Bodas de sangre, mientras nosotros tocábamos las palmas creando un ritmo de tensión ascendente: era difícil imponer la voz y la palabra a los sonidos secos y vibrantes, pero cuando uno siente lo que lee lo consigue. El Romance de la luna, luna lo interpretaron un grupo de compañeros, lo que hizo que el poema me gustase todavía más. ¡Cómo declamaban! No parecían ellos.
El acto se convirtió en una divertida sesión de música y letras. Nos enseñaron de manera activa y animada importantes poemas de la literatura española.
Miguel nos incitaba a ver más allá de las palabras, a comprender, desde lo más concreto (como una caja de puros), aquello que quería transmitir Federico García Lorca. La pareja, cantaora con voz característica y guitarrista marcando el ritmo, nos mostró el encanto de las palabras del poeta: la música nos ayudaba a entender mejor los poemas.
El recital fue tomando cuerpo: Romance de la luna, luna, fragmento de Bodas de sangre, La casada infiel, Romance sonámbulo. Pero era un recital especial: no sólo éramos espectadores. Poco a poco, a la vez que entendíamos y oíamos y se nos enseñaba a recitar, nos convertimos en protagonistas. Nuestra profesora leyó un fragmento de Bodas de sangre, mientras nosotros tocábamos las palmas creando un ritmo de tensión ascendente: era difícil imponer la voz y la palabra a los sonidos secos y vibrantes, pero cuando uno siente lo que lee lo consigue. El Romance de la luna, luna lo interpretaron un grupo de compañeros, lo que hizo que el poema me gustase todavía más. ¡Cómo declamaban! No parecían ellos.
El acto se convirtió en una divertida sesión de música y letras. Nos enseñaron de manera activa y animada importantes poemas de la literatura española.
Texto creado a partir de los elaborados por Carla Pérez y Sara Alcázar (4 A)
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ROMANCE SONÁMBULO
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.
[...]
TEXTO COMPLETO
FEDERIDO GARCÍA LORCA
Fundación Federico García Lorca
Museo Casa-natal Federico García Lorca de Fuente Vaqueros
